Hace frío. Me desperté a las nueve.
Me puse hermosa y salí tiritando de miedo.
Cada paso quería convertirme en arena líquida.
Empieza la arena sólida. Junto, mi taquicardia.
Te veo.
Miro atrás y estoy quieta.
No me siento curiosa como siempre.
Sé que ocurrirá. Tienes las manos en tus rodillas.
Lloras sin lágrimas al verme.
También sabes qué ocurrirá, pero te mientes.
Viejo amigo. Hola viejo amigo. Estoy muy feliz de verte.
Lloras aún más. Es incontrolable, así que ninguno de los dos lo intenta.
No quiero superarte, me dice sin hablarme.
No nos veremos más, le digo sin un abrazo de adiós.
Recuérdame me ruega. Como si fuese posible olvidar.
¿Es este un lugar seguro para mi muchacha? Querida Cristina.
Cuando me coronen moriré.
No llores.
Amor,
Auri.